sábado

Tebeos contra la discriminación

Hola,

estos tebeos han sido realizados en la asignatura "Educación para la Ciudadanía y los DD.HH." por alumnos de 2º de la ESO y pretenden denunciar y aconsejar sobre el tema de la discriminación. (pincha en ellos para verlos bien)



 por A.I.
 


por J.V.

por M.P.


por SFML

(orden alfabético)

Análisis de la personalidad de Holden Caulfield, personaje principal de "El guardian entre el centeno"


Holden Caulfield es el personaje principal de la novela de “El guardián entre el centeno”, por J.D. Salinger. La historia se desarrolla a mediados del siglo XX, en Estados Unidos, por lo que Holden, que es un adolescente de 16 años, se ve influido por la sociedad de esa época. El libro está narrado en primera persona, gracias a lo cual no sólo sabemos los hechos acontecidos, sino que además podemos conocer todo lo que piensa en cada situación. Desde el primer momento uno puede darse cuenta de que es una persona con  un carácter “difícil”, pero vamos a analizar su personalidad con  más atención.
Para empezar, uno de los rasgos más característicos de Holden es su criticidad, que, combinada con la ironía, son la base de las observaciones del personaje a lo largo de todo el libro. Ya en el primer capítulo empieza diciendo: “Pencey es un colegio que hay en Agerstown Pensilvania, habrán oído hablar de él. Se anuncia en miles de revistas siempre con un tío de muy buena facha montado en un caballo y saltando una valla. Como si en Pencey no se hiciera otra cosa que jugar todo el santo día al polo. Por mi parte, en todo el tiempo que estuve allí no vi un caballo ni por casualidad”. En esa época era habitual que las familias acomodadas mandaran a sus hijos a internados de fama reconocida y aquí se puede observar claramente lo que Holden opinaba acerca de esto: que era una hipocresía. Las familias se gastaban el dinero en colegios que eran igual de malos que los más baratos. Además, juzga continuamente a todos los estudiantes, a los profesores y  a todo Pencey en general. En mi opinión, éste es uno de los mayores defectos de Holden: que critica y odia a todo el mundo. Para él todos son unos falsos y unos hipócritas, y los trata como tal, sin embargo, espera que a él lo traten de forma distinta. Holden cree ser una de las pocas personas (por no decir la única) decentes en el mundo, y cuando no recibe lo que espera de los demás se decepciona. ¿Cuál es el resultado? La soledad. Holden es una persona solitaria, aunque muchas veces intenta acercarse a la gente, como cuando invita a Ackley al cine, le hace los deberes a Stradlater o cuando invita a una copa a las tres chicas del hotel; pero debido a su personalidad siempre lo estropea. Holden es tan falso como en su opinión son todas las demás personas. Un claro ejemplo de esto es cuando llama a Sally para quedar, y mientras están hablando sus pensamientos son: “¡Qué falsa la tía!” y “Encantadora. Si hay una palabra que odio es ésa. Suena de lo más hipócrita. Se me pasó por la cabeza decirle que se olvidara del asunto, pero seguimos hablando un poco.” Una persona sensata no invita a alguien que le cae mal a pasar el rato con él. Aquí se demuestra la falsedad de Holden. Por eso, no tiene amigos y, aunque ha tenido alguna relación con alguna que otra chica a lo largo del libro éstas no se desarrollan muy bien.
Y hablando de este tema, también podemos analizar la sexualidad de Holden. Cuando se encuentra en el hotel, mira por el balcón y ve a un hombre y una mujer echándose agua u otro líquido a la cara el uno al otro, y también a un hombre en calzoncillos poniéndose ropa de mujer. Los llama “pervertidos” y “maníacos sexuales”, y justo después comienza a reflexionar sobre el tema del sexo y del amor. Holden opina que si una chica no te gusta de verdad, no merece la pena hacer nada con ella, pero si te gusta, tener relaciones sexuales sería como convertirla en un objeto, ya que para Holden el sexo es algo degradante. Por eso, aunque no lo diga explícitamente, se satisface con chicas que no le importan, o incluso que le desagradan: “Me pasé horas enteras besando y metiendo mano a una cursi horrorosa que se llamaba Anne Louise Sherman.”
En el fondo, Holden sigue siendo un crío de 16 años que intenta comportarse como un adulto e integrarse en su mundo, sin darse cuenta de que es un mundo difícil y que probablemente no esté preparado. Por ejemplo, fuma constantemente, incluso en lugares donde no está permitido fumar (como el colegio). En el siglo XX y hasta hace poco, fumar estaba considerado como algo propio de adultos, algo que había que hacer para que te consideraran alguien, y Holden lo intenta desesperadamente. Además, cuando se escapa del colegio y pasa la noche en el hotel, pide en varias ocasiones que le sirvan alcohol, algo también propio de adultos. A pesar de sus intentos, su inocencia y su inmadurez siguen estando ahí, y por eso, muchas veces la gente se aprovecha de él. Por ejemplo, cuando llega al hotel y decide contratar a una prostituta. No tiene relaciones sexuales con ella pero Holden dice que le pagará de todas formas, aunque el precio que le dice la chica es mayor del que había acordado con el ascensorista. Maurice, el ascensorista, llega a la habitación para que Holden les pague, y ya incluso después de tener el dinero, le pega un puñetazo.
Otros rasgos característicos de Holden son su indecisión y su impulsividad, que por ser términos con un significado completamente contrario, dejan patente su bipolaridad. Muchas veces toma decisiones sin pensar, siguiendo su instinto y haciendo lo que más le apetece en cada momento. Pero, ¿qué ocurre?, que al poco rato se cansa y se da cuenta de que ha sido una mala decisión. Hay una gran lista de ejemplos de impulsividad a lo largo del libro, como ya dicho anteriormente, cuando llama a Sally para quedar y justo después de colgar se arrepiente y ya no le apetece nada; o cuando va en el taxi y de repente le dice al taxista que le lleve a la discoteca donde toca el famoso Ernie y critica a todas las personas que aplauden, porque en su opinión Ernie tocaba fatal y todos eran unos hipócritas.
Encontramos un claro ejemplo de la indecisión de Holden  cuando llega a la ciudad después de escaparse del colegio, y se mete en una cabina de teléfono porque le apetece llamar a alguien. Sin embargo, pasa veinte minutos allí metido intentando decidir a quién llamar, y al final no llama a nadie.
Holden sufre un grave trastorno de la personalidad: puede pasar de un estado de ánimo al contrario en cuestión de segundos, pero en definitiva, es una persona que no es capaz de encontrar su lugar en el mundo. Su visión pesimista de la sociedad y del mundo en general le hacen pensar que todo es negativo, que no hay nada bueno en este mundo (exceptuando quizás a su hermana Phoebe). Uno de los momentos clave del libro es cuando Holden va a casa de su exprofesor, el señor Antolini, y éste le da una charla. Le dice exactamente eso, que todavía no ha encontrado su lugar en el mundo, y que lo único que está haciendo es buscar en el entorno algo que éste no le puede proporcionar.
Pero, ¿por qué Holden es así? Si intentamos buscar una causa para su actitud frente al mundo, lo primero en que pensamos es en la muerte de su hermano Allie, a quién recuerda constantemente a lo largo del libro. Para Holden, Allie era el chico perfecto y digno de admiración: amable, apuesto, sincero, buen estudiante… Pero la leucemia se lo llevó con sólo 11 años, y Holden relata que la noche en que murió rompió todos los cristales del garaje, de la tristeza e impotencia que sentía, y que además tuvo que ser hospitalizado por culpa de los cortes. Sin duda el objeto de más valor personal, y el que más aprecia Holden, es el guante de béisbol que le dejó su hermano, lleno de poemas escritos de su puño y letra.
Después de su muerte, Holden “santifica” a Allie, hace de él su protección para los peores momentos, ya que cuando lo está pasando mal, le da por pensar en él. Muchas veces Holden piensa en acabar son su vida, ya que no le parece que merezca la pena, pero Allie es lo que le hace echarse atrás, ya que se da cuenta de que después de todo lo que sufrió su familia por su hermano, si él muriese les causaría tanto o más dolor.
Al final del libro, a pesar de todos los esfuerzos por irse de Nueva York y hacerse independiente, Holden decide quedarse, principalmente debido a Phoebe. No da muchos detalles de lo que le pasó después, no podremos saber si cambió su forma de ser o siguió siendo así toda la vida, pero eso sí, a pesar de todo el odio que sentía hacia la gente, algunas de sus últimas frases son: “De lo que estoy seguro es de que echo de menos en cierto modo a todas las personas de las que les he hablado, incluso a Stradlater y a Ackley, por ejemplo. Creo que hasta al cerdo de Maurice le extraño un poco. Tiene gracia.”

REDACTADO POR: Alb. V.