viernes

Ilustraciones sobre el valor de la Fraternidad

Hola,

estas son las ilustraciones realizadas por alumnos de 2º ESO B y C en la asignatura Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos durante el curso 20013-2014










miércoles

La mentalidad adulta e infantil en "El principito" de Saint-Exupéry

El principito es uno de los libros más conocidos mundialmente, y aunque por su aspecto parece ser un cuento de niños, quizá va más encaminado a que lo leamos cuando tenemos la edad suficiente para comprender lo que Antoine de Saint-Exupéry quería decir. En este libro podemos encontrar ideas que nos invitan a reflexionar sobre temas presentes en la vida diaria: la amistad, la responsabilidad, el comportamiento del ser humano ante distintas situaciones… Se hace una crítica hacia la sociedad de hoy en día (más bien hacia los adultos de hoy en día), y hacia la vida caótica y estresante que llevamos. Gracias a esta lectura, Saint-Exupéry nos hace, en cierto modo, volver a ser niños por un momento.
El libro está narrado en primera persona y comienza con la auto-presentación del narrador que, sin embargo, no es el protagonista de la historia; sólo nos narra una pequeña parte de su vida y durante el resto del relato se limita a contar las aventuras del Principito. Lo primero que describe es un dibujo que hizo cuando era niño, que representaba una serpiente boa que se había tragado a un elefante. Cuando se lo enseñaba a los adultos lo único que veían era un sombrero, y es más, le aconsejaban que dejara a un lado los dibujos y se centrara en los estudios. Esta es una de las mayores diferencias entre niños y adultos: la imaginación, que es quizá una de las cosas más importantes que perdemos al crecer. La mayoría de los adultos carecen de imaginación, viven de acuerdo a sistemas cuadriculados, en los que todo está muy claramente establecido: lo que está bien, lo que está mal, lo que se debe hacer y lo que no; y nunca tienen el valor de actuar fuera de este sistema, de ver más allá. Vivir sin imaginación, con la misma rutina día tras día, y simplemente dejándonos llevar por los demás (lo que Nietzsche denominaba “moral de rebaño”, que consiste en seguir a la mayoría, aceptar las normas morales ya establecidas, sin cuestionarse si quiera si son verdaderamente las correctas, sin tener iniciativa propia) es una de las características más expandidas entre el ser humano, debidas quizás a la pereza, la desidia y sobre todo, la falta de imaginación. No nos atrevemos a pensar, a imaginar que puede haber una forma de vida distinta de la nuestra. Además, esta cualidad, la de ser imaginativo, tampoco es valorada por los adultos, que directamente la intentan suprimir, y prefieren una persona que les hable de golf, política, corbatas y otras cosas vanas. Nuestra existencia está basada en cosas vacías.
El Principito es un personaje muy peculiar, le resulta difícil entender el comportamiento de los humanos porque proviene de otro planeta, y continuamente está haciendo preguntas. Nunca se da por vencido hasta que no obtiene su respuesta. Éste es el motor que mueve a los niños: la curiosidad. El mundo es algo nuevo para ellos y quieren saberlo todo, poco a poco van descubriendo sus secretos, mediante la propia experiencia o, como hace el Principito, preguntando. Pero ¿a quién van a preguntar sino a los adultos? Y estos, desprovistos ya de toda imaginación, lo único que quieren es convertir a estas nuevas generaciones en “buenos” adultos: personas que hagan lo correcto (o lo que ellos consideran correcto), que primero estudien, luego trabajen, formen una familia y finalmente mueran, sin salirse de las líneas preestablecidas. Condenan de antemano la mente ingeniosa y creativa de los niños, obligándolos a seguir las normas de esta sociedad que nos convierte en víctimas de ella misma.
Antes de aterrizar en la Tierra, el Principito viajó por el espacio haciendo escala en diversos planetas, habitados por unos personajes también muy singulares. Se encontró con un rey que mandaba sobre todas las cosas pero no tenía súbditos; con un vanidoso al que le gustaba que le halagaran; un bebedor que se avergonzaba de su propia embriaguez; un hombre de negocios que contaba las estrellas, las cuales poesía; un farolero que estaba ocupado todo el día y toda la noche, encendiendo y apagando su farol, y finalmente, con un geógrafo que no conocía nada acerca de su planeta. Y al llegar a la Tierra se dio cuenta de que estaba llena de reyes, vanidosos, bebedores, hombres de negocios, faroleros y geógrafos, cuyos oficios le parecieron totalmente absurdos al Principito. Todos ellos vivían con preocupaciones: por no tener súbditos, por no tener tiempo, por no tener exploradores… No eran capaces de ser felices, y el Principito se cuestionaba cómo podían ser los adultos tan cerrados de mente y no darse cuenta de que la solución a sus problemas la tenían en ellos mismos, a la vez que ellos eran la propia causa. Por ejemplo el bebedor, que bebía para olvidar precisamente que bebía, cuando podía dejar de beber y el problema se solucionaba; o el explorador, que no conocía nada acerca de su planeta porque no tenía exploradores que lo descubrieran por él, sin plantearse siquiera que podía ser él el que saliese a explorar. Los problemas siempre han existido y seguirán existiendo, es nuestra actitud ante ellos lo que marca la diferencia.
Como bien representados en el libro por el farolero y el hombre de negocios, algunos de los mayores problemas de la sociedad de hoy en día son la sobreocupación y la avaricia. Siempre se quiere tener más y más, nunca hay un límite y vivimos obsesionados con esa idea. No tenemos un rato libre para dedicarlo a nosotros mismos, el tiempo que no utilizamos en nuestras obligaciones lo malgastamos en cosas vanas. No reflexionamos sobre nosotros, sobre la vida, no nos damos cuenta de la importancia de los pequeños detalles y la belleza de nuestro mundo. Nos complicamos, no vemos lo verdadero, lo esencial (como dice el zorro en el libro, “lo esencial es invisible a los ojos”) y ni siquiera intentamos buscarlo. Nos dejamos llevar por la amargura, las preocupaciones y la rutina del día a día. Y de este modo nunca conseguimos ser felices del todo.

 Los niños son como un libro en blanco, una caja abierta a todas las ideas que quieran entrar. Si les cuentas algo con un mínimo de convicción, ellos lo creerán por muy disparatada que sea la idea. No hay que divagar mucho para encontrar ejemplos de esto: Papá Noel , los Reyes Magos, el Ratoncito Pérez… personajes fantásticos, todos ellos bondadosos, amables, que actúan por el bien y la felicidad del mundo. Y los niños creen en ellos con fe ciega, mientras que si a un adulto le intentas convencer de la existencia de alguno de ellos te tomará por loco. Los adultos no creen en nada que sea “solamente bueno”, son personas con una mentalidad cerrada, que no dan credibilidad a nada que no esté establecido como “lo real”. Lo fantástico lo dejan para las novelas, negando por completo su posible presencia en el mundo. Esto nos hace vivir ciegos, no vemos más allá, nos limitamos a creer lo que otras personas dicen, mientras que con imaginación seríamos capaces de conocer y entender el mundo desde muchos otros enfoques.
Cuando somos niños, estamos ansiosos de crecer y ser adultos, nos presentan su mundo como un mundo lleno de posibilidades, en el que cada uno es dueño de sí mismo y de sus decisiones, mientras que cuando somos aún jóvenes no nos permiten hacer todo lo que queremos. Los niños viven llenos de ilusión por cada cosa que hacen, por muy simple que sea. Pero al crecer nos vamos dando cuenta de la hostilidad del mundo, que quizás sólo es una visión causada por la pérdida de imaginación. Muchas veces los adultos querrían volver al pasado, volver a ser niños y quitarse las preocupaciones, porque el mundo se ve más bonito desde los ojos de los niños. Pero, ¿y si los adultos también pudieran ver el mundo desde esta perspectiva? Lo único que hace falta es no perder la imaginación, seguir creyendo, tener ilusión. Quizás el mundo no sea tan malo como parece, sino que somos nosotros mismos los que hacemos que lo parezca. Crecer es algo inevitable, pero olvidarse de la imaginación no, y ,aunque es algo difícil, si todos pudiésemos volvernos un poco mas niños y creer en algo que verdaderamente merezca la pena, ver las cosas fáciles como ellos lo hacen, la vida sería más mágica, más especial. Por eso no debemos limitarnos a vivir la vida como si todo fuera una rutina, hay que mirar alrededor y observar que no estamos rodeados simplemente por edificios, porque en cada detalle de ellos podemos encontrar algo maravilloso. Podremos encontrar la felicidad.


trabajo realizado por Alb. V.

Los límites de la ciencia en el Frankenstein de Mary Shelley

Víctor Frankenstein, a través del conocimiento científico llega a descubrir los secretos  de la naturaleza, en concreto, el secreto de generar la vida con el poder destructivo de la electricidad del rayo. Obsesionado por la idea de triunfar en el mundo y de ser admirado por científicos de futuras generaciones, decide dar vida a un cuerpo inerte creando a un verdadero monstruo de enormes dimensiones y extremada deformidad.
Esta novela aborda la creación de la vida, la moral y, principalmente, la responsabilidad científica ante el atrevimiento del ser humano para crear aquello que solo le estaba permitido a Dios, traspasando así los límites de la ética. Tal vez por ello, la obra se subtitula El moderno Prometeo, pues según una versión de la mitología griega, Prometeo fue el creador de los hombres y de todos los animales. Sin embargo, en este caso, el Doctor Frankenstein, padre de la criatura, no es castigado por los dioses sino por la venganza de su propia creación.
La historia de Frankenstein nos trasmite la idea de lo perverso que puede ser la falta de límites morales del trabajo científico y las consecuencias que puede acarrear. Desde la creación del monstruo, Víctor sufre una gran tristeza y enfermedad que sobrelleva con el apoyo de su amigo Henry. Más tarde, Víctor se vuelve completamente infeliz y apesadumbrado, sabiendo que es responsable no solo de la muerte de su hermano, sino de una criada amada por toda la familia y culpada injustamente por la muerte del chico. Además, cabe mencionar que ya al final de la novela, cuando su criatura ha destruido a toda su familia y amigos cercanos, Víctor admite que fue un completo error llevado a cabo por sus ansias de fama y poder. De la misma forma, reconoce que ha sobrevivido a sus penurias para llevar a cabo su persecución de la criatura debido a sus ganas de venganza. A mi parecer, estos deseos de venganza no son tanto por la mera muerte de sus seres queridos sino por el peso de la responsabilidad ante la pérdida de control sobre  los acontecimientos ocurridos y su propia culpabilidad por no haberlo compartido con los suyos. En este sentido, Víctor rehusó en todo momento revelar los pasos que siguió para la creación del ser porque pensaba que tener un excesivo conocimiento de la tecnología y hacer un uso irresponsable de ella puede conllevar consecuencias irremediables.
Por ello, esta novela nos permite reflexionar sobre las consecuencias de los avances de la ciencia y de la tecnología que podrían llevar al ser humano a ser una especie de dios al tener el secreto de la vida en sus manos. Merece la pena plantearse algunos aspectos a tener en cuenta. En concreto, si pudiéramos crear a seres con mejores características y habilidades que nosotros, ¿qué sería del ser humano tal y como lo conocemos? Creo que al manipular a nuestros hijos para mejorar sus habilidades y facultades físicas y mentales, terminaríamos eliminando a los más débiles pues en ese caso terminaríamos pensando que para qué querríamos una sociedad con enfermedades y con grandes posibilidades de morir.  Esto nos llevaría progresivamente a perder la compasión y empatía por otros seres, haciéndonos fríos y poco emotivos. Por otros lado, si creamos robots inteligentes y autosuficientes, ¿no terminarían dominándonos e incluso esclavizándonos como en cierta medida nosotros dominamos a los animales? Por todo ello, podemos pensar que lo que en principio parecería un gran avance tecnológico para satisfacer las necesidades humanas podría acarrear efectos muy perversos si ese poder cayera en manos inadecuadas como por ejemplo ocurrió con la energía nuclear empleada en las bombas que se lanzaron en  Hiroshima y Nagasaki.
La novela, por tanto, nos revela la necesidad de pensar en la posición del ser humano en el universo, advirtiendo de las consecuencias que puede tener la utilización del conocimiento científico y técnico con fines egoístas y sin los límites que imponen los principios morales que todo científico debe conocer y hacer  cumplir. Volviendo a la novela, esta reflexión se revela cuando el propio Víctor se repite a sí mismo como ha estado a punto de crear la pareja de su criatura, tomando entonces la decisión de no seguir adelante por los problemas que eso podría generarle no sólo a él sino al mundo en general.
En la actualidad, la ingeniería genética, la bio-robótica y otros avances por medio de los que se podrían clonar seres humanos e incluso crear diferentes  microorganismos y por tanto modificar las especies y el medio natural, los límites que la ciencia debe tener y la responsabilidad que conlleva el conocimiento técnico deben estar regulados por comités de personas sabias que valoren y regulen las consecuencias que el desarrollo científico puede tener sobre el planeta, la naturaleza y las diferentes especies vivas.
Puesto que el ser humano puede ser “prisionero y esclavo de su propio intelecto y ambición”, se han de extremar los criterios morales y los controles para evitar que nuestra razón genere monstruos que terminen destruyendo al ser humano y a la vida tal y como la conocemos.

trabajo realizado por Jorge

La comunicación no verbal: los ritmos corporales

La comunicación no verbal es todavía una ciencia incipiente. Sólo a comienzos del siglo XX fue cuando empezó una verdadera investigación sobre este tema, aunque también se debe advertir que ha sido algo que ha atraído a los artistas a lo largo de los siglos: los escultores y pintores siempre han tenido en cuenta lo mucho que puede transmitir un gesto o postura determinados; los escritores, al describir una escena, se valen de las expresiones de los personajes para denotar una u otra cosa, etc. La investigación sobre la comunicación no verbal es estudiada desde el punto de vista de cinco disciplinas diferentes: la psicología, la psiquiatría, la antropología, la sociología y la etología, y a raíz de los descubrimientos que se hicieron surgió la cinesis, que como su nombre indica, estudia el movimiento del cuerpo humano. Todas estas ciencias coinciden en algo: la forma de moverse de un individuo proporciona indicaciones sobre su carácter, sus emociones y sus reacciones hacia el mundo que lo rodea. Por eso mismo, cada vez son más los terapeutas que graban sus sesiones en vídeo, para estudiar el comportamiento de sus pacientes, poder analizar la causa de su problema y enseñarles a superarlo. Además, estas películas son una interesante fuente de material para los aspirantes a terapeutas, ya que en ellas se pueden examinar los movimientos necesarios para estimular al paciente.
Uno de los especialistas en cinesis con más renombre es el profesor William Condon, en cuyo laboratorio, el Western Psychiatric Institute and Clinic de Pittsburgh, ha realizado múltiples experimentos. Condon sostiene que el cuerpo del hombre baila al compás de su discurso, es decir, que al hablar, marcamos un ritmo que nuestras manos, nuestros cabeceos, nuestros parpadeos y todos los movimientos del cuerpo siguen. Pero esto no se queda aquí. Condon, después de analizar cientos de películas a cámara lenta, en las que se puede apreciar con más exactitud los pequeños movimientos y reacciones de las personas en determinadas situaciones, asegura que el sistema no está formado solo por el hablante, sino que el que escucha también sigue este compás marcado por las palabras. Esta es la base de su teoría de la “sincronía interaccional”, que dice que dos personas que hablan no están unidas simplemente por las palabras que intercambian, sino que también comparten movimientos y el ritmo de éstos. Aunque en la vida real la sincronía interaccional es muy difícil de apreciar, ya que se produce muy rápida y sutilmente como para ser conscientes de ella, el profesor Condon asegura que es el cimiento sobre el que está edificada la comunicación humana. Se puede realizar un experimento muy simple para comprobar la existencia de esta sincronía: se pide a alguien que marque un ritmo con los dedos y luego otra persona empieza a hablar. Pronto se constatará que los acentos o divisiones silábicas de las palabras de uno coinciden con el golpe de los dedos del otro. Pero, ¿para qué sirve la sincronía interaccional? Condon cree que sin ella la comunicación sería algo imposible, o quizá mucho más complicado. Además, sirve para indicar al hablante que el oyente está escuchando realmente, ya que cuando éste se distrae, la sincronía fallará o desaparecerá por completo. También es cierto que la sincronía es muy variable, ya que dos personas pueden mover solo sus cabezas al compás, o añadir movimientos de pies, manos, etc.; y dos personas que tengan una relación íntima se moverán de forma mucho más armónica que dos que no la tengan. En un nivel subliminal, la sincronía interaccional expresa variaciones sutiles pero importantes en la relación, y no es sólo una forma de demostrar armonía, sino también de incluir o excluir a otros: en una de las películas que analizó Condon se mostraba a una madre con sus dos hijas mellizas, una de las cuales era esquizofrénica. La madre y la hija normal se movieron al mismo ritmo y compartieron la misma postura al hablar durante el noventa y cinco por ciento del tiempo, mientras que la niña esquizofrénica rara vez coincidía con su madre o con su hermana. Cada vez que intentaba colocarse de forma armónica con la madre, ésta inmediatamente cambiaba de postura, como si así mantuviese la distancia entre ambas.
La sincronía interaccional es algo difícil de estudiar, ya que varía de unas personas a otras, dependiendo de su estado de salud, su raza, su lengua… Por ejemplo, algunas de las patologías que pueden alterar esta sincronía son los trastornos cerebrales. Los esquizofrénicos, los niños autistas, los que padecen párkinson, epilepsia leve o afasia y los tartamudos están fuera de sincronía consigo mismos: algunas partes de su cuerpo siguen el ritmo de sus palabras, pero otras van totalmente descompasadas, muchas veces dando una impresión de torpeza. También hay una gran diferencia de movimientos entre personas de raza negra y de raza blanca, debida principalmente a la cultura. Condon ha observado que las personas blancas mueven todo el cuerpo al compás, mientras que las de raza negra pueden ir a un ritmo más rápido, e incluso llevar velocidades distintas en cada una de las manos, lo que es algo prácticamente imposible para los blancos. Los negros, en general, son más rápidos, más sutiles y más sensibles a matices no verbales. Además, el movimiento ocular es diferente: mientras en las familias blancas de clase media se suele mirar directamente a los ojos al hablar, en las familias negras es algo inusual. Esto explicaría el hecho de que al encontrarse negros y blancos, los primeros se sientan observados mientras que los segundos sienten que rehúyen sus miradas.
El hecho de hablar una lengua u otra condiciona nuestros movimientos, ya que no se mueven de igual forma un francés que un americano al hablar. Mientras que el primero se mueve de forma más sutil y controlada, con movimientos suaves y concisos, el americano tiende a ser más brusco y a mantener las distancias. Por eso, para poder aprender un nuevo idioma y dominarlo, no se deben aprender simplemente el vocabulario y la gramática, sino también la forma de moverse y las posturas, ya que en cada cultura el significado de éstas varía. Por ejemplo, en Europa se considera normal que un hombre cruce las piernas; se pueden ver a muchas personas en la televisión que se sientan de esta manera, mientras que en America esto es considerado un rasgo un tanto afeminado. Otro ejemplo es el de los musulmanes, que se acercan mucho los unos a los otros al hablar, mientras que en países de Occidente esto sería considerado como una invasión del espacio personal.
Pero los estudios del profesor Condon sobre los ritmos corporales van más allá. Recientemente ha llevado a cabo algunos experimentos utilizando EEG (Electroencefalogramas), GSR (Galvanic Skin Response, que mide la actividad eléctrica de la piel) y Electrocardiogramas. Y los resultados fueron impactantes. Condon está convencido de que lo bioeléctrico (el sistema nervioso del cuerpo que funciona mediante descargas eléctricas de los nervios) capta la sincronía interaccional y está profundamente involucrado en ella. Uno de los experimentos realizados consistía en conectar a dos personas a un electroencefalógrafo y analizar su actividad cerebral mientras hablaban. Aunque algunos científicos afirman que tratar de explorar el cerebro mediante un EEG es como tratar de descifrar el funcionamiento del motor de un coche mediante un estetoscopio en el capó, los resultados que obtuvo Condon fueron muy satisfactorios. Los dos gráficos que mostraban la actividad eléctrica coincidían en muchos aspectos: los dos cambiaban al intercambiarse el turno de hablar, o aparecía una mayor actividad cuando el hablante decía algo interesante y el oyente escuchaba con más atención.
Condon también ha demostrado que tanto la piel como el ritmo cardíaco reaccionan ante las palabras de alguien o los sonidos de alrededor. Por ejemplo, cuando una persona escucha una canción de cuna (en cualquier idioma), la respiración se hace más liviana y regular y se acompasa al compás de la música; el ritmo cardíaco disminuye y la actividad eléctrica de la piel permanece inalterada. Pero los sonidos no sólo son importantes para los seres humanos, como muchas veces se ha demostrado, las plantas a las que se les habla y se les cuida con amor crecen de forma más rápida y saludable que aquellas que se encuentran en laboratorios, lo que se podría considerar un caso extraño de sincronía.
A pesar de todas las evidencias encontradas, la comunicación no verbal todavía no es una ciencia exacta, ya que es relativamente joven y aún queda mucho por investigar. Además, cuenta con infinidad de detalles que podrían ser estudiados, lo que la hace más inexacta si cabe. Pero lo que sí es cierto es que está presente en nuestro día a día, la mayoría de las veces de forma inconsciente, y aprender a descifrar estos comportamientos lleva años de trabajo y estudio. Sin embargo, todos somos capaces en cierta medida de descifrar el comportamiento no verbal: es lo que llamamos intuición, algo que nos acompaña desde niños. Desde un punto de vista pesimista, los estudios sobre la comunicación no verbal podrían utilizarse para manipular a los demás. Si alguien controla su propio cuerpo y sabe qué movimientos y posturas realizar para proyectar una imagen falsa, muchos serán capaces de engañar y que todo el mundo crea sus mentiras. Según ciertos especialistas, el hombre común puede aprender a mentir con más facilidad, aunque dudan de que se pueda hacer a la perfección, ya que hay demasiadas señales no verbales que operan a un nivel subliminal. Aprender más acerca de esta ciencia es fascinante, ya que podremos darnos cuenta del significado de los gestos y las posturas en situaciones cotidianas: cuando estamos en una reunión, en una entrevista de trabajo, con los amigos… Se adquiere un modo de conocimiento muy especial, una nueva sensibilidad hacia los sentimientos de los demás y algunas veces también una sorprendente comprensión de las reacciones personales.


trabajo realizado por Alb. V.

ACTUALIZACIÓN de la asignatura "Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos" de 2º de la ESO

Hola,

aquí está el enlace a los nuevos contenidos de la asignatura de Ciudadanía.

Los derechos humanos: la DUDH de 1948.

saludos

ACTUALIZACIÓN de la asignatura "Filosofía y Ciudadanía" de 1º de Bachillerato

Hola,

para los alumnos de primero de bachillerato dejo dos link a los contenidos de filosofía política que leeremos el próximo tercer trimestre.

Filosofía política I

Filosofía política II


saludos